domingo, 29 de marzo de 2009

Tommy Torres: Inspiración al estilo DF















Por Raymundo Zamarripa.

Marzo 2009 Reforma.


Tommy Torres sabe que la Ciudad de México es un punto de suma importancia en la carrera
de los músicos de habla hispana. Es sabido que conquistar a su público les puede permitir estar, literalmente, en el ombligo de la Luna.

Así que con el pretexto de la promoción del disco Tarde o Temprano, el cantante, compositor y productor puertorriqueño nos invita a reflexionar sobre su aventura en la capital del País, a donde llegó hace varios meses.

Podríamos imaginar que un tipo introvertido (como él mismo se describe) podría hallarse en problemas en este caos urbano y, sin embargo, ya se siente como pez en el agua.

"Todo el mundo me contaba historias para asustarme... que el tráfico, que la gente.

"Evidentemente la primera vez que vienes te da un poco de shock ver una ciudad tan grande y con tanto movimiento, pero se siente el calor humano y las sonrisas en la calle.

"Después del segundo o tercer día ya te acostumbras al ritmo y no te aburres en ningún momento. El estado de ánimo de la gente no es el típico de una ciudad grande, es más amistoso", comenta el músico, quien ha trabajado con artistas como Ricky Martin, Paulina Rubio y Eros Ramazzotti.

Y aunque le costó un poco de trabajo, hubo algo que hizo sentir a Tommy como en casa.

"Cuando me comí mi primer chicharrón de queso en El Farolito", confiesa y ríe.

UN RINCÓN DE INSPIRACIÓN


Este espacio urbano tendrá resonancias en la siguiente producción del compositor, según explica. Tal vez no sean los ritmos del lugar, sino las vivencias que ha tenido.

"Todo lo que estoy viviendo aquí, ahora, será muy importante para mi siguiente disco porque cada persona y cada cosa que veo es una historia.

"El movimiento de autos, de gente, de todo lo que tiene la ciudad, me llena de adrenalina y me dice: 'A trabajar se ha dicho'", explica.

Y sí, ese trabajo, el de compositor e intérprete, le viene de manera natural, pero Tommy acepta que hablar de su música es algo que se complica en ocasiones, sobre todo después de salir del estudio donde sólo su piano y su guitarra lo acompañan.

Lo cierto es que su plática es muy amena, aunque insiste que en ocasiones siente que se vuelve un pregonero.

"Me siento un vendedor de carros usados: '¡Compren, compren!' y siento que la música pierde magia. La música se debería vender sola... pero sí, hay que ayudarla".

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